Escudo de la República de Colombia

En estos terrenos, las condiciones para las bacterias desnitrificantes (que remueven el nitrógeno del agua) son más propicias que las que se dan en otras fuentes hídricas como los riachuelos.

 

Estas bacterias trabajan mejor en espacios en los que el agua se mueve más lentamente, ya que pueden procesar los elementos del ambiente para aislarlos y liberarlos y, de esta manera, contribuir a una mejor calidad del líquido vital que se acumula en las planicies inundables (extensiones o segmentos de tierra que bajo grandes precipitaciones se inundan).

Esto comprueba que las planicies inundables son parte fundamental del ciclo de nutrientes en ecosistemas acuáticos, dado que tienen la capacidad para remover nutrientes y contaminantes, específicamente el nitrógeno.

Dicho elemento siempre está presente en el ambiente, pero en su mayoría se acumula como resultado del uso de fertilizantes agrícolas, que aumentan la concentración de nitrógeno en el agua y generan un crecimiento exponencial de algas (eutrofización).

De esta manera, la carga excesiva de materia orgánica (las nuevas algas) produce hipoxia (ausencia de oxígeno), y termina afectando la existencia de la vida en las aguas y reduciendo, además, su calidad para la prestación del servicio efectivo a las comunidades.

Así lo manifiesta Ariana Rocío Montoya Lozano, estudiante de décimo semestre de Ingeniería Ambiental de la Universidad Nacional de Colombia Sede Palmira, quien ha venido apoyando un trabajo de análisis comparativo de dos zonas (un riachuelo y una planicie) en Lafayette, Indiana en Estados Unidos.

En cuanto a las características del agua del riachuelo, se encontraron altas concentraciones de nitrato (NO3) y de fósforo reactivo disuelto (SRP), característico de ecosistemas aledaños a zonas agrícolas, como Lafayette, donde se han venido desarrollando las pruebas.

De esta manera, Colombia, país conocido por una fuerte influencia agrícola, podría tener mejoras en la calidad de las aguas de los riachuelos, si se restauran las planicies inundables.

Al respecto, la investigadora considera que vale la pena hacer una restauración de estas zonas; “pese a que pueda ser costoso dependiendo del área”, señala la estudiante. En general y sobre todo en Colombia, aclara, la restauración ecológica es un área muy nueva, implementada hace menos de 40 años, en comparación con países europeos o con Estados Unidos, donde la mayoría de proyectos de este tipo son financiados por el Estado o empresas privadas.

Estos resultados hacen parte del proyecto de trabajo de grado de Ariana Montoya, dirigido por el docente Joel Tupac Otero de la U.N. Sede Palmira, y por la doctora Sara McMillan y su grupo de investigación de cuatro estudiantes de posgrado en la Universidad de Purdue, Estados Unidos, institución en que la joven ha desarrollado sus estudios, pues es beneficiaria de una beca de Colciencias con el programa Nexo Global.

Para la obtención de estos avances, se ha hecho una caracterización del sitio, segmentando el riachuelo en ocho zonas de estudio: cuatro para las planicies restauradas y cuatro para las planicies “naturales”.

Se recolectaron muestras de acuerdo con la revisión teórica, y en el laboratorio se prepararon 16 botellas con mezcla de sedimentos recolectados y agua del sitio, para hacer el denitrification enzym assay (DEA) o ensayo de bloqueo de enzimas desnitrificadoras.

Con acetileno se realizó el ensayo de acuerdo con diversos protocolos y, finalmente, se analizaron las muestras en cromatógrafo de gases (técnica para separación de compuestos volátiles).

(Por: Fin/HAA/MLA/JAAH)
N.° 634

 

Tomado de: Agencia de Noticias UN