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El gas producido puede ser utilizado en el proceso de producción del café y en la cocina de fincas campesinas.

Luisa María Arrechea Fajardo, investigadora de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.) Sede Palmira, afirma que a través del proceso de digestión anaerobia implementado se mejoró el potencial de metano, indicador de la máxima cantidad de biogás que se puede generar a partir de un compuesto.

Según explica, el mucílago de café es una sustancia orgánica viscosa que se origina al retirar una capa no utilizada de la semilla. Durante la investigación se sacaron muestras de este residuo en fincas del corregimiento de La Quisquina, en Palmira, Valle del Cauca.

Después este material se llevó a los laboratorios de la Sede, donde se mezcló con estiércol de gallina en reactores anaerobios (con ausencia de oxígeno). En estos digestores, una serie de microorganismos se encargó de consumir la materia orgánica y producir el gas metano.

Para la investigadora Arrechea uno de los mayores retos del proceso consistió en mantener el pH de la mezcla cercano a 7, rango óptimo en el que pueden operar los microorganismos.

“El mucílago de café tiene un pH muy ácido, y para neutralizarlo se utiliza el estiércol de gallina, rico en nitrógeno y amoniaco. Para tal fin se debía encontrar la proporción adecuada entre los dos compuestos”, explica. Con el objetivo de optimizar los resultados, la investigación comparó durante 30 días el potencial de metano y otros indicadores alcanzados usando tres mezclas con diferente proporción de compuestos y distinta cantidad del residuo en el digestor.

Evitar impactos de prácticas inadecuadas

La investigadora dice que por lo general en las fincas vierten el mucílago a fuentes hídricas, lo que disminuye el oxígeno presente en estas, en detrimento de seres los vivos que la habitan. Con frecuencia también se dispone el residuo a manera de abono, generando alteraciones en las propiedades físicas, químicas y microbiológicas de los ecosistemas. En otras ocasiones el residuo es suministrado a cerdos, sin que les represente mayor aporte nutricional.

Según la información recogida por la investigación, cada año se producen en Colombia 98 mil toneladas de mucílago, una cantidad equivalente al 10,4 % de la producción total del café en el país. Para la ingeniera ambiental esta cifra refleja la importancia de disponer del residuo de manera adecuada, estabilizarlo y aprovecharlo en la producción de energía.

“Este es un proceso que pueden desarrollar los campesinos en sus fincas, sin mayores costos, y que les permite usar el biogás obtenido en el beneficio o la preparación del café, por ejemplo al utilizar las máquinas tostadoras. También se puede aprovechar para cocinar, en vez de leña”, sostiene la ingeniera ambiental.

El estudio forma parte de su trabajo de grado, dentro del proyecto “Aprovechamiento de biomasa residual agropecuaria y urbana a través de digestión anaerobia”, dirigido por la profesora Luz Stella Cadavid y financiado con recursos del Sistema de Información de la Investigación, Extensión y Laboratorios Hermes. El trabajo fue adelantado en el grupo de investigación Prospectiva Ambiental, de la U.N. Sede Palmira.

Según el Ministerio de Minas y Energía, residuos de la producción de banano, arroz, café y otras actividades silvícolas hacen de Colombia el tercer país en América Latina en generación de biomasa, materia orgánica de origen biológico con potencial de ser utilizada como fuente de energía.

En 2016 se generaron 597,81 gigavatios por hora a partir de biomasa, con el bagazo y el biogás como las fuentes principales de materia prima para la producción de esta energía.

Tomado de Agencia de Noticias UN.